miércoles, 25 de mayo de 2011

Nothing coming soon

El blaxploitation es un género de culto para muchas personas, incluso directores de cine como Tarantino, quien incorpora numerosos elementos y guiños en sus películas.
Sus fans saben que es un género en decadencia, ya que el verdadero boom fue hace 40 años, y lo que ha ido saliendo hasta el día de hoy ha sido poco más que con cuenta gotas.
Ningún director se ha atrevido a tirarse a la piscina negra en estos últimos años.
Los estrenos de blaxploitation más recientes son del 2008 y 2009.

Con Hookers in Revolt, Sean Weathers quiso traer de nuevo a la gran pantalla el estilo descarnado de los 70 con prostitutas, chulos y broncas.
Una historia poco original, un grupo de prostitutas cansadas de sus abusivos proxenetas deciden montar una agencia por cuenta propia. Pero con ello no conseguirán el respeto que deseaban, sino más bien descubrirán que en este mundo lo que prevalece es la ley del más fuerte, o en este caso de LA más fuerte.

Al año siguiente, en 2009, y de mejor producción y calidad cinematográfica se paseaba por numerosos festivales como el Sundance, Tribeca, Seattle audience festival, Sitges, American Black film festival… el largometraje Black Dynamite.
Black Dynamite es un ex-agente de la CIA, ex-comando de élite, experto en kung fú, y macho más macho que un oso, temido y respetado por la comunidad. Pero cuando un grupo criminal mata a su hermano y llena los orfanatos de drogas, a Black Dynamite no le queda otra que salir a las calles... y más de uno lo lamentará. Decide volver al cuerpo de policía y se pondrá tras la pista de un grupo de narcotraficantes que posiblemente fueron los causantes de la muerte de su hermano.
Black Dynamite se mueve a medio camino entre la parodia y el homenaje al cine blaxploitation de los 70, con todos los elementos propios de las cintas de serie B: machismo exagerado, violencia, sexo, drogas, chicas guapas, un héroe que rompe con las reglas establecidas para conseguir un objetivo determinado y hombres blancos llenos de odio hacia la gente de color.

Parece ser que tiempo pasado siempre fue mejor… por lo menos para los amantes del cine de acción setentero. 







lunes, 16 de mayo de 2011

When you absolutely, positively got to kill every motherfucker in the room

Mucha palabrota pero menos tiros de los esperados. El sangrero que deja a su paso Tarantino, al que nos tiene acostumbrados, no tiene lugar en Jackie Brown. Dejando de lado la sangre a borbotones, Quentin nos plantea una película al más puro estilo blaxploitation pero más pensada y con una trama más inteligente, basada en la novela Rum Punch de Elmore Leonard. Dosificación entre la acción y la realidad pero sin perder la intriga. Banda sonora acertada, a la elección y gusto del director, una de las canciones elegidas es la interpretada por la propia Grier en sus tiempos mozos, Long Time Woman.  La música está muy presente en todo el filme.

La guinda del pastel es una madura Pam Grier (ya no es la jovencita de los 70) en el papel de una azafata cuarentona de una aerolínea de poca monta con un sueldo de mierda y pocas ganas de que le toquen las narices. Por si fuera poco, se ve asediada por la presión paralela de la delincuencia y la policía.
La película se podría dividir en dos partes, muy comunes en este director, la extensa presentación de los personajes y después el desarrollo de la trama.
Presentación de un reparto formado ni más ni menos que por Pam Grier, Samuel L.Jackson, Robert Foster, Robert De Niro, Michael Keaton y Bridget Fonda.
 

Blanqueo y movimiento de grandes sumas de dinero, posesión de drogas y ajustes de cuentas, inmersa en todo esto Jackie tiene dos opciones o ir a la cárcel o colaborar con la policía para llegar hasta Ordell, un traficante de armas que la tiene a sueldo fijo por traer el dinero desde México.  
La historia se enmaraña y tal entramado se vuelve excelente. El entuerto se desarrolla en un centro comercial, jugando con los hechos, las elipsis y resolviendo el aparente lío argumental con la repetición de la misma escena desde la vivencia y los ojos de cada uno de los personajes. Extraordinario ejemplo de narración y dominio de la acción y los tiempos.

¡Tenéis que verla mamonazos! ¡No digo más negros!












lunes, 2 de mayo de 2011

Everybody dancing


A estos nigger les gustaba mover el ‘cucu’. Con ese ritmazo q les caracteriza y buena música quién se resiste. De hecho la música fue y es parte fundamental del blaxploitation.
La sensualidad urbana del funk y el soul, sus ritmos pegadizos y bailables era lo que estaba de moda en las calles de los guetos en los 70 y por eso se mimetizó de forma bestial con lo visual.
Hay películas en las que incluso se pueden ver escenas musicalizadas que no aportan nada significativo a la trama pero que promocionan la B.S.O de la película. Con el tiempo, era común que la gente fuese al cine por el hecho de que un artista famoso fuera el autor de la parte musical.
Pero el funk y el soul, no solo aportaron movimientos de cadera y nuevas coreografías a las pistas de baile sino una nueva moda.
El cantante de Sly & The Family Stone, una de las primeras bandas de funk, fue el impulsor de la estética black. Pantalones estampados acampanados, chalecos multicolores, pieles en abrigos, bufandas y cualquier prenda imaginable, abrigos largos y sombreros se convirtieron en prendas obligadas. Muy importante también, el cabello, afro, de un diámetro escandaloso y adornado con peinetas (no como a las que estamos acostumbrados, nada de peinetas flamencas).
Recordemos a algunos de los grandes de este estilo musical como: Quince Jones, Aretha Franklin, Barry White, James Brown, Curtis Mayfield, Sly & The Family Stone, Kool& The Gang, War, Joe Simon; entre otros muchos.






Fuentes: blaxploitationpride, discos recopilatorios