lunes, 16 de mayo de 2011

When you absolutely, positively got to kill every motherfucker in the room

Mucha palabrota pero menos tiros de los esperados. El sangrero que deja a su paso Tarantino, al que nos tiene acostumbrados, no tiene lugar en Jackie Brown. Dejando de lado la sangre a borbotones, Quentin nos plantea una película al más puro estilo blaxploitation pero más pensada y con una trama más inteligente, basada en la novela Rum Punch de Elmore Leonard. Dosificación entre la acción y la realidad pero sin perder la intriga. Banda sonora acertada, a la elección y gusto del director, una de las canciones elegidas es la interpretada por la propia Grier en sus tiempos mozos, Long Time Woman.  La música está muy presente en todo el filme.

La guinda del pastel es una madura Pam Grier (ya no es la jovencita de los 70) en el papel de una azafata cuarentona de una aerolínea de poca monta con un sueldo de mierda y pocas ganas de que le toquen las narices. Por si fuera poco, se ve asediada por la presión paralela de la delincuencia y la policía.
La película se podría dividir en dos partes, muy comunes en este director, la extensa presentación de los personajes y después el desarrollo de la trama.
Presentación de un reparto formado ni más ni menos que por Pam Grier, Samuel L.Jackson, Robert Foster, Robert De Niro, Michael Keaton y Bridget Fonda.
 

Blanqueo y movimiento de grandes sumas de dinero, posesión de drogas y ajustes de cuentas, inmersa en todo esto Jackie tiene dos opciones o ir a la cárcel o colaborar con la policía para llegar hasta Ordell, un traficante de armas que la tiene a sueldo fijo por traer el dinero desde México.  
La historia se enmaraña y tal entramado se vuelve excelente. El entuerto se desarrolla en un centro comercial, jugando con los hechos, las elipsis y resolviendo el aparente lío argumental con la repetición de la misma escena desde la vivencia y los ojos de cada uno de los personajes. Extraordinario ejemplo de narración y dominio de la acción y los tiempos.

¡Tenéis que verla mamonazos! ¡No digo más negros!












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